lunes, 15 de julio de 2013

Las siestas son para el verano

Asociación rápida de palabras: Verano. Vacaciones. Tiempo libre. Siesta. Tour de Francia. ¡Automático! No hay verano sin Tour, y no hay Tour sin siesta. Esa mosca tsé-tsé sobre ruedas que llega cada mes de julio a la hora más propicia para echar una cabezada.

Ese ritmo monótono y constante, esos paisajes de helicóptero de la campiña francesa, esas caras de esfuerzo que te hacen pensar en lo bien que se está en el sofá, todo acompañado de la copiosa comida de tu madre que te acabas de zampar… Son los mejores ingredientes para quedarte dormido sin necesidad de dopping.

Un Tour que nos acompaña desde tiempos inmemoriales. ¿Qué fue antes el Tour o la bicicleta? ¿Inventaron nuestros ancestros las primeras ruedas de piedra porque se aburrían sin Tour? ¿Fue el Comepiedras de la Historia Interminable el primer ganador? ¿Se me pueden ocurrir más tonterías? Son preguntas sin respuesta, como diría Iker Jiménez... Nuestros abuelos ya nos cuentan sus batallitas de “Yo me dormía en blanco y negro con Bahamontes”, y nuestros padres que “Ya no hay siestas como las de Perico” o servidor, que le contará a sus hijos que “Como la combinación Indurain-pijama-orinal, ninguna”, mientras que ellos sin levantar la vista del iPad me mandaran un emoticono de que me calle y seguirán twiteando la etapa… ¡Se pierden los valores!


La llegada de la ronda gala es el momento que los animales de los documentales de la 2 aprovechan para cogerse unas merecidas vacaciones firmadas por convenio, tras meses siendo ellos los intermediarios de la versión de sobremesa de Morfeo. Y ojo, a pesar de tanta coña, que es un deporte que me gusta, solo que de 3 o 4 horas de emisión, sólo hay unos 10 minutos emocionantes de media (irónico que las bicis tengan “cambios de marcha”). Este año, un tal Froome no parece tener rival, y los españoles están pasando bastantes penurias. La mayoría es que no da para mucho más, y a Contador, aunque va tercero, se le nota que le falta fuerza desde que es vegetariano…

 

Acercándonos al fin al tema del blog (que se me va...), la relación entre el Tour y la música siempre ha sido importante, con pegadizas músicas oficiales para las cortinillas, como las de Jean Michel Jarre y su Oxygene, que me encantaba (ah, los noventa…). Pero aquí lo abarcaremos de un modo más amplio, quedándonos la relación entre las bicicletas y los videoclips, que siempre ha sido prolífica, siendo protagonistas en muchos que yo recuerde. Como muestra un par de botones: “The Bike Song”, de Mark Ronson, un video actual con aire retro, y otro retro en sí mismo, el de “Bicycle Race”, de Queen, en el que un grupo de mujeres desnudas disputan su propia etapa (tengo una amiga con esa crítica afición).


Y a pesar de que para muchos sea el primero que les viene a la mente, no, la intro de Verano Azul no cuenta como video musical con bicicletas… Aunque ahora que lo pienso, igual Chanquete no había muerto, Pancho, sólo se había quedado frito viendo el Tour…

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